Reynaldo Sietecase con su nota “Los dueños de los medios” me dejó pensando.
Arranca hablando muy livianamente de la propiedad de los medios pero inmediatamente, y sin desarrollar el enunciado, empieza a escribir sobre lo que – creo – más le interesa: El vínculo entre los periodistas con las empresas propietarias de medios y su dilema cotidiano de no herir susceptibilidades patronales y al mismo tiempo mostrarse “independientes” para la audiencia.
El intento de Sietecase arranca decididamente mal:
“A mí me gustaría que los dueños de los medios de comunicación fuesen Estela Carlotto, León Gieco y Juan Carr. Pero no, son Telefónica, Clarín, el Grupo Uno, el mexicano Remigio Ángel González y Daniel Hadad”
¿Sabés que a mí no me gustaría que Carlotto o Gieco fueran propietarios de medios?
Pensemos ¿Qué busca Sietecase con este párrafo? Seguramente provocar y darnos un baño de sentido común, de realismo y pragmatismo. Nos dice que, lamentablemente, los medios están en manos de sus actuales propietarios y que de lo que se trata es de trabajar en este contexto empresario con la mayor dignidad posible. Toda una demostración de falta de convicciones para intentar trastocar un sistema mediático perverso.
En realidad no se trata de que los medios pasen de Hadad a Gieco, se trata de enfocar la problemática de la comunicación desde otro lado, que no es otro que la necesidad de democratizar el acceso a los medios electrónicos garantizando que las diversas expresiones políticas, religiosas y sociales puedan explotar frecuencias de radio y TV.
Los medios están como están por causas políticas concretas.
No es casual que de la ley 22.285, sancionada en 1979 por Videla, se hayan modificado solamente los artículos que prohibían a los diarios explotar radios y canales de televisión en una misma zona.
Esta modificación concretada en tiempos de la Reforma del Estado menemista fue la que posibilitó la estructuración de grupos multimediáticos con un poder devastador, como se pudo verificar en la puja por la resolución 125, donde los medios jugaron a fondo y le asestaron un golpe durísimo al kirchnerismo que, repitámoslo, ha tenido una política horripilante en la materia: De prorrogarle en 2005 la explotación de licencias a todos los canales y radios; de autorizar la compra de Cablevisión por parte de Clarín a mediados del 2007 pasó, en el fragor de la pulseada con la patronal agropecuaria, a proponer una nueva ley de radiodifusión como un elemento más de presión política, con lo que devaluó irresponsablemente la necesidad estratégica de contar con una nueva legislación en la materia.
Si en algún momento el gobierno intentara sancionar una nueva ley de radiodifusión ¿Cómo haría para resistir el fuego cruzado de toda la estructura mediática del país?
Los resultados podrían ser dos: Una durísima y definitiva derrota o, peor aún, la sanción de una legislación que meramente lave la cara de lo existente y no sólo no trastoque la cuestión de la propiedad, sino que legalice el actual estado de cosas.
Mientras no haya una legislación que claramente amplíe las posibilidades de acceso a los medios a todos aquellos actores sociales y políticos relevantes, cualquier debate sobre la materia quedará siempre a mitad de camino.
Para que ningún despistado se confunda debe remarcarse que la cuestión no pasa por cercenar los espacios vigentes, sino por abrir otros. La inminencia de la digitalización de la radio y la TV es la gran aliada que posibilitará abrir nuevas frecuencias sin necesidad de sacar lo existente. La Cadena Nacional de la Gente Linda seguirá estando, sólo que a su lado habrá gente fea y desarreglada diciendo también sus verdades ¿Queda claro?
Este zapping dominguero que muchos hacemos yendo y viniendo entre el programa de la delantera Sietecase-Rosín-Montenegro y la de Navarro-Wainfeld-Brieger debe multiplicarse.
El acceso a los medios no debe estar filtrado exclusivamente por la cartera de anunciantes porque esa es la mejor forma de garantizar que nada cambie.
De no abordarse así la cuestión de los medios, el país seguirá padeciendo campañas y manipulaciones por doquier puesto que ha quedado comprobado que en la actualidad las empresas ligadas a la comunicación se han transformado en actores descarnadamente políticos y ello hace que se subordine el derecho a la información a sus intereses políticos coyunturales. Un ejemplo puntual es la del diario Crítica de ayer: Cuando la noticia era la sanción en el Senado de la estatización de los fondos previsionales, puso en tapa una foto de la presidenta titulando “Vamos a traer a Tutankamon a Buenos Aires”
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10 comentarios:
q berreta q es sc, tan tan políticamente correcto.
no entiendo que un periodista quiera-desee q esos sean los dueños de los medios (a menos q sea para instalar esa falsa dualidad). ese es su debate? le faltan km para llegar a la cuestión. 1: desinformar libremente y sin consecuencias
Aplaudo la gloriosa victoria en el senado, pero quiero ver a Tut en BsAs. Sin Cristina no sería posible , ya que no somos un país a quien el gobierno egipcio le interese traer algo (somos pocos habitantes y sin mucha plata). Y por otro lado , los gorilas ya aparecieron criticándo y diciendo que no era un faraón tan importante o bien lo que iban a traer no era lo mejor (con egiptólogo gorila y todo).
Tut es peronista y Cristina una faraona!!!!! Se acuerda de aquellos que nos gustaría ver cosas a las que nunca podremos acceder: un sueño más, realizado, en un país PERONISTA
muy buen post che..saludos
el universo blogeril kirchnerista es tan particular que me veo obligado a preguntar....lo del anónimo de las 15:36 es jodita no? es un uso irónico del espacio, verdad?
Pido disculpas anticipadas, bien por mi candidez o bien por mi torpeza.
Los dichos de Sietecase son tontos, incluso creo que si lo piensa bien no lo sigue diciendo, a quién en su sano juicio podría seducirlo que un medio sea manejado por la gene a la que refiere.
Una tontera, la verdad es que la condición empresarial de los grandes medio es un dato imposible de dejar de considerar, aún cuando también es necesario decir que muchas veces el mercado es más democrático que el Estado, sobre todo en estas latitudes.
Y por otro lado creo que tampoco hay que insistir en pensar en que los medios inscriben en las personas su mensaje sin que nadie intervenga reflexivamente, a modo de tabula rasa en donde se escribe lo que se quiere.
El debate de los medios, de la democratización de la información, la de la libertad de expresión, todos ellos temas que piden creatividad, rigor, antiautoritarismo y falta de prejuicios.
Y cómo una reforma evitaría que critica titule así?
La reforma sería entonces intervenir Critica para que se haga oficialista?
O que la ocupe la CGT o las madres?
Y yo que creí que se trataba de radiodifusión.
Una reforma no impedirá que Crítica titule así, obvio, lo que va a posibilitar es que haya más jugadores en el espectro. Y eso plantea otra perspectiva.
A ver , otro ejemplo.
Leer las columnas de hoy de Joaquín y Mariano en La NAZIón.
Ok, ya sé que es domingo, que hay otra actividades más enaltecedoras, pero bue... Con algo de Blackfield detrás sonando, leer los dos últimos párrafos de Marianito es de antología. Concedámosle que en el séptimo párrafo su duda no se debe a custiones personales.
Ah, y ver en la tapa del site de La NAZIón este titular, memorable!
las leyes, como los equipos de futbol, se arman de atrás para adelante.
la nueva ley de medios debería marcarle la cancha a los multimedios.
Las licencias entregadas durante la dictadura carecen de validez. existe una figura penal que se llama "uso de cosa robada". es lo que hacen todos y cada uno de los multimedios que se agenciaron una licencia que pertenece al estado. El Grupo Prisa no está habilitado para tener las medios que hoy tiene. Hadad le robó la frecuencia al pueblo de la ciudad de buenos Aires....y siguen las firmas falsas a poco de mirarlas.
una nueva ley de medios debe arrancar con la devolución de los medios entregados a licencias otorgadas con una ley de la dictadura. y despues hablamos.
que cuando se vuelva a largar la carrera, todos estemos arriba de un fórmula 1. si nos van a hacer correr de vuelta en triciclo, a la primera curva estamos en los boxes.
abrazón,
pepe
Gerardo:
En su blog "periodistas", TNmbaun publicó el artículo de Sietecase. Estará bueno que reprodujeras tu opinión allí para refutar las tonterías de don Ernesto. Abrazo!
Comparto. Desde el copete al último punto
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