martes, 17 de junio de 2008

La desestabilización en Trenque Lauquen


Lo que sigue lo escribe Eduardo Falcón, periodista del diario La Opinión de Trenque Lauquen a quién conozco muy bien por ser nada menos que el mejor amigo de mi hermano y buen amigo mío.

Gerardo

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Una embestida que quiere llevarse puesto al intendente municipal

Frente a las artimañas de la derecha

La derecha doméstica saca a relucir sus artimañas ante la pasividad (cuando no el silencio cómplice o cobarde) de la mayoría, incluida esa porción de la izquierda que ha metido violín en bolsa y está chito la boca. ¿Y qué pasa en Trenque Lauquen?
Escribe: Eduardo A. Falcón

La derecha viene por todo: la destitución o la renuncia forzada de la Presidenta, la destitución o la renuncia forzada del intendente, la imposición de su criterio respecto de las retenciones o del asunto que sea, que no puede cuestionarse, discutirse, ponerse en tela de juicio porque los reclamos del “campo” se presentan poco menos que envueltos en olor de santidad. Y detrás de esa bandera se encolumnan alegremente los más variados personajes, algunos cercanos a la picaresca política argentina, tan rica en esas opciones, otros enarbolando sus propios rencores o su gorilismo irreductible, y muchos otros, sinceramente convencidos de estar enfrentado al Diablo, que en Trenque Lauquen hoy parece tener la figura y el peso de Jorge Barracchia.

Muertos vivos
De otro modo no se entiende cómo es posible que hayan resucitando tantos muertos vivos de la política lugareña, capaces de juntar no más que un puñado de votos en cada elección y que aprovechan el conflicto en curso para contrabandear ideas rancias e impulsar infames campañas de difamación, mientras posan con cara de “ciudadanos indignados” ante los embates de la “Dictadura Kirchnerista” en su encarnación local, El Gordo.
Ayer, no le fue posible a este cronista acceder a la página http://www.bolson.web.com/, donde con la firma de su presunto autor David Lucio Oscar Ruiz, se calumnia al jefe comunal. Desde luego, Ruiz desmintió su responsabilidad respecto del comentario, que revela el estilo de los viejos “servicios” de inteligencia, que alguna vez fueron tropa de choque de la Triple A y otros grupos encargados del “trabajo sucio” de la represión, cuya expresión política e ideológica más acabada podía encontrarse en los finales del gobierno peronista de Isabel, en la revista de ultraderecha “El Caudillo”, dirigida por Felipe Romeo.

Recursos conocidos
Escribe allí “David Lucio Oscar Ruiz” o quien ese nombre utilice, apelando al “rumor” y el verbo en potencial: “Se rumorea que el intendente habría actuado en estado de ebriedad o influencia de drogas (sic)”. En otro pasaje señala: “Gracias a Dios no hubo que lamentar víctimas por parte de este montonero setentista devenido en político K, quien maneja los destinos del municipio de Trenque Lauquen”.
En esas dos citas queda en claro el recurso perverso de descalificar (en este caso al jefe comunal) con acusaciones propias de una sesión de interrogatorio. No es la primera vez que “David Lucio Oscar Ruiz” las utiliza: quien estas líneas escribe fue puesto en sospecha por el ex funcionario de Servicio Penitenciario Provincial devenido en dirigente político menemista respecto de la supuesta militancia “montonera”, sumada al consumo de “drogas” y (la frutilla de la torta) inclinaciones homosexuales: todo un muestrario obsceno de la ideología de corte fascista del personaje.

Yo no fui
La crónica de ayer de La Opinión pone en contexto el hecho: “Cerca delas 18 se desató un cacerolazo frente a la Municipalidad. Luego los asistentes se encolumnaron marchando hasta la calle Cuello. Al regresar doblaron en Teniente General Uriburu hasta llegara a la casa de Barracchia. Mientras manifestaban, algunos jóvenes tiraron al patio delantero palos y tambores. Cuando el titular de la Rural, Miguel Ballester, les indicó que pidieran permiso para entrar y recobrarlos –“No hemos venido para esto”, les dijo- los muchachos saltaron la verja. En ese momento, desde una ventana Barracchia efectuó un disparo al aire. Los manifestantes se retiraron y el secretario de Gobierno, Pedro Roig, dijo a La Opinión que había sido el vecino David Ruiz quien alentó a los muchachos a transgredir los términos en que se venía desarrollando la protesta”.
A esta altura queda una pregunta para Ballester: si no fueron “para esto”, ¿a qué fueron? ¿Por qué manifestar un reclamo al intendente en su casa particular y no frente a la sede simbólica y real del poder municipal?
n Responsabilidades
¿Quién se hace responsable de “esto”, si la protesta, con toda su carga de legitimidad, no es conducida políticamente, si sus dirigentes convocan, incitan, estimulan la participación y luego, si se desmadra, se lavan las manos? ¿Quién les enseña a “los muchachos” cómo plantear un reclamo público sin que terminen siendo funcionales a los que sólo les interesa su módica ganancia de río revuelto?
Cabe acotar, por si hace falta, que estas líneas no son una justificación de nada ni de nadie: la crispación y la histeria de estos días alumbraron lo que se quedó en los pasos previos del grotesco, pero que pudo terminar en una tragedia incomprensible. La reacción desmesurada del intendente no está justificada por la intromisión en su casa, que además le da letra a sus enemigos.
Pero es imprescindible, por nuestra salud ciudadana, detenerse en este punto y pensar. Sobre todo: pensar qué responsabilidad tenemos cada uno de nosotros en el cuidado de la democracia y la institucionalidad republicana, tan mentada y al mismo tiempo tan groseramente manoseada por estos días.
Antesala

No sea cosa que la embestida de la derecha se convierta en la antesala del golpismo liso y llano, y nos quedemos todos (como en el 76) paralizados frente a los hechos consumados, como estatuas de sal que ni siquiera fueron capaces de mirar atrás –a la propia historia- y recrear esta vez una respuesta superadora.
Ni Cristina Fernández de Kirchner es Isabelita, ni Néstor Kirchner López Rega redivivo, ni Barracchia un “montonero reciclado”: merecen nuestro respeto aunque no nos gusten; aunque nos desagraden incluso las réplicas que ensayan frente a la “pueblada” que mediáticamente se intentó presentar como “otro 17 de Octubre” con Alfredo De Angeli en el papel de nuevo coronel Perón y Elisa Carrió en el rol de Virgen Vestal de los Ciudadanos de Bien.

Insoportable
Como diría El Gordo (Barrachia): muchachos, empecemos a hablar claro. En primer lugar, de este conflicto insoportable que lleva ya 100 días, que ha vaciado las góndolas, secado los surtidores y dejado a centenares de bolicheros al borde de la desaparición, sin contar los trabajadores y jubilados que suelen ser el último orejón del tarro. Pero de eso no se habla; no se puede cuestionar desde este Interior profundo que quiere vivir y paradójicamente se suicida en el altar de la embestida de la derecha.
Muchachos, no podemos seguir así. No lo merecemos. Debe haber otras maneras, de protestar, de construir, de hacer política, de vivir. Es hora de hacernos escuchar, de exigir respeto, de pedir que no nos mientan ni nos usen.

Estoy convencido que somos muchos los que queremos un país distinto, más justo y mejor. Que se sepa que existimos y que no nos doblegarán tan fácilmente.

2 comentarios:

Nerd Progre dijo...

Hace un par de meses vi un documental excelente sobre el golpe a Allende en Chile.

Entrevistaban a 3 sobrevivientes de la época que con una cara de pena tremenda admitian:

-Si hubiéramos sabido la que se venía...

y otro decía:
-"Fuimos muy ingenuos. Pensar que nosotros marchábamos en apoyo a Allende. Pero ¡eramos civiles! marchabamos con pancartas, algún que otro palo, pero no teníamos ni la organización ni las armas, ni la capacidad de despliegue que se hubiera necesitado para enfrentar a lo que vino después".
-"Nos quedamos petrificados... el pueblo no salió a las calles" concluyó otro mientras se le llenaban los ojos de lágrimas.

FC

Anónimo dijo...

Gerardo: estuve en Trenque el fin de semana, y viví lo que relata Eduardo.
Un poco esa situación me inyectó la melancolía del último post de La Cola del Diablo.
Cuando pueda, pase a visitarnos...
Saludos

Lodovico Settembrini

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