No, Cristina, la culpa no es sólo del chofer. El muchacho había arrancado el jueves y hasta el momento del accidente no había visto una cama.
No, Cristina, la culpa es de un Estado que sigue sin tomar partido en la vida cotidiana y concreta de su pueblo.
Y vos, Cristina, tenés algo que ver en todo esto porque sos la Jefa del Estado.
(Antes que nada: Te tuteo porque no me llevás tantos años, porque te voté y te tengo afecto, que quede claro)
Por eso, precisamente, escribo esto. Porque subirse a un micro de larga distancia es cada vez más un viaje a lo desconocido, porque transitar en la ciudad y en la ruta es una ruleta rusa.
Porque nadie media, nadie regula, nadie controla a los ómnibus que con 50 personas arriba van excedidos de velocidad; Nadie le baja el copete a los potentados que viajan a 160 y si no te corrés te pasan por arriba; Nadie les dice nada a las señoras bip que estacionan en doble y triple fila frente a los caros colegios privados y bajan a sus herederos, sus mochilas y sus viandas con una parsimonia tal que exaspera
(Mi hija me dijo el otro día: “Y... si les hacen la boleta van y la pagan, papi” Y me noqueó con el sentido común de los chicos, porque es verdad, una multa por doble estacionamiento no la sienten, o la eluden)
Y vos, Cristina, no podés ponerte a hablar como estando afuera del problema (Eso déjaselo a Macri) Vos no estás para comentar sucesos y escandalizarte, no no no.
Vos estás ahí para transformar la realidad. Estás ahí para meter mano. Estás ahí para hacer algo en un país donde todo está a punto de colapsar.
¿En qué quedó, por ejemplo, el problema de los radares y la inseguridad en los aviones y aeropuertos? ¿Se arregló todo o se tapó todo? No vaya a ser que Piñeyro tenga que filmar la segunda parte de Wisky Romeo Zulú...
Si las empresas sobreexplotan a los choferes y/o si éstos aceptan esas condiciones tentados por adicionales suculentos, los pasajeros están en el horno. Ahí debe entrar el Estado con toda su fuerza, conducido por un Poder Ejecutivo dispuesto a mejorar la calidad para empresas, choferes y usuarios. Ahí tenés que actuar vos, Cristina, gestionar, eso, gestionar.
Vos sabés mucho mejor que yo que un capitalismo en serio requiere de un Estado fuerte, que controle, que regule y que sea feroz antes que nada con las empresas ¿Entonces? Hay meter mano de una buena vez en este y en tantos otros asuntos complejos.
De lo contrario corrés el riesgo de quedar como una oportunista patética o como un Menem con polleras, que comenta la realidad poniéndose afuera de ella.
No, Cristina. Te sobran atributos y elementos para entrarle a este asunto. Hacete cargo, por el bien de todos.
No, Cristina, la culpa es de un Estado que sigue sin tomar partido en la vida cotidiana y concreta de su pueblo.
Y vos, Cristina, tenés algo que ver en todo esto porque sos la Jefa del Estado.
(Antes que nada: Te tuteo porque no me llevás tantos años, porque te voté y te tengo afecto, que quede claro)
Por eso, precisamente, escribo esto. Porque subirse a un micro de larga distancia es cada vez más un viaje a lo desconocido, porque transitar en la ciudad y en la ruta es una ruleta rusa.
Porque nadie media, nadie regula, nadie controla a los ómnibus que con 50 personas arriba van excedidos de velocidad; Nadie le baja el copete a los potentados que viajan a 160 y si no te corrés te pasan por arriba; Nadie les dice nada a las señoras bip que estacionan en doble y triple fila frente a los caros colegios privados y bajan a sus herederos, sus mochilas y sus viandas con una parsimonia tal que exaspera
(Mi hija me dijo el otro día: “Y... si les hacen la boleta van y la pagan, papi” Y me noqueó con el sentido común de los chicos, porque es verdad, una multa por doble estacionamiento no la sienten, o la eluden)
Y vos, Cristina, no podés ponerte a hablar como estando afuera del problema (Eso déjaselo a Macri) Vos no estás para comentar sucesos y escandalizarte, no no no.
Vos estás ahí para transformar la realidad. Estás ahí para meter mano. Estás ahí para hacer algo en un país donde todo está a punto de colapsar.
¿En qué quedó, por ejemplo, el problema de los radares y la inseguridad en los aviones y aeropuertos? ¿Se arregló todo o se tapó todo? No vaya a ser que Piñeyro tenga que filmar la segunda parte de Wisky Romeo Zulú...
Si las empresas sobreexplotan a los choferes y/o si éstos aceptan esas condiciones tentados por adicionales suculentos, los pasajeros están en el horno. Ahí debe entrar el Estado con toda su fuerza, conducido por un Poder Ejecutivo dispuesto a mejorar la calidad para empresas, choferes y usuarios. Ahí tenés que actuar vos, Cristina, gestionar, eso, gestionar.
Vos sabés mucho mejor que yo que un capitalismo en serio requiere de un Estado fuerte, que controle, que regule y que sea feroz antes que nada con las empresas ¿Entonces? Hay meter mano de una buena vez en este y en tantos otros asuntos complejos.
De lo contrario corrés el riesgo de quedar como una oportunista patética o como un Menem con polleras, que comenta la realidad poniéndose afuera de ella.
No, Cristina. Te sobran atributos y elementos para entrarle a este asunto. Hacete cargo, por el bien de todos.
2 comentarios:
El mismo compañero del piloto dijo que venían de un franco, así que eso de que estaba trabajando desde el jueves no se desde donde lo sacaste.
De Raúl Kollman. Página/12 y Mitre
¿Y vos de dónde?
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