Me crié con Serrat y está todo dicho. A Sabina lo agarré después de los veinte y lo disfruté como todo el mundo.
Pero en orden a ser políticamente muy pero muy incorrecto digo que estoy harto de verlos hasta en la sopa. Además no soporto el rastro de voz de Sabina ni la oscilación frenética de la garganta de Serrat. Mucho menos que se embanderen con el Club de Macri y Sofovich.
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5 comentarios:
El chiste de Sabina sobre la homosexualidad en su visita por Argentina rozó el mal gusto.
Para decirlo de alguna manera, nunca banqué la onda "trovador". Sobre todo cuando se juntan para hacer una diferencia económica.
Sépanlo, no los banco.
A mi no me disgustan los trovadores, aunque cada vez les doy menos bola. Lo que sí no me banco es lo que plantea Siete locos: Eso de juntarse para hacer diferencia económica.
Ya cuando se juntó Serrat con el matrimonio y Miguel Ríos me hizo mucho ruido...
Y además, tanta corrección política a veces empalaga. Me acuerdo ahora de Gieco y Heredia (callate lengua, no quiero hablar!!!!)
Serrat, a estas alturas, no canta: recita.
Saludos
Suelte la lengua Gerardo. nomás, que nos gusta. Esa corrección política tan unioneuropea no empalaga, da asquito. Recuerdo unos micros dedicados a Serrat y me da piel de gallina.¿Se equivocó la paloma o les robaron el mes de abril?
Un beso
Laura
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