domingo, 24 de agosto de 2014

¿Pueden convivir programas oficialistas y opositores en una sola radio?


El twitt de Danta Palma me llevó a leer esta nota de Luis Frontera en Perfil donde hay varios pasajes para la historia empezando por el gran error de atribuirle vida a 678 en 2008, año en que Gvirtz todavía militaba en la corpo, y siguiendo con la peculiaridad de que Nelson Castro, yendo al aire antes que Victor Hugo, podría estar sufriendo una sangría de oyentes por culpa del programa que lo sucede

Raro...

Pero si algo termina siendo gracioso es la refutación que  sin querer realiza Frontera del saraseo del diálogo y el consenso con el que tanto se machaca desde el mundo opositor. El manual del buen republicano nos habla de la convivencia civilizada y la tolerancia como valor supremo a respetar por encima de las diferencias. Llevado esto a la programación de un medio -en este caso una radio- significaría que el tope de gama del pluralismo sería la coexistencia pacífica entre programas que miran el mundo desde veredas enfrentadas. Bien, Luis Frontera demuestra que eso en imposible, leamos este párrafo:

"Continental rompe el significado filosófico de “transferencia” (ir de uno a otro), y lo que produce, en sus dos perfiles, es “interferencia” (imponer a otro una presencia no deseada). ¿Y qué hace la audiencia? Cuando empieza el programa del que no le gusta, o termina el que sí le agrada, mueve el dial. Se va. Y no vuelve. Porque el oyente es así: está y no está. Le hablás con el corazón y ni siquiera te responde con el oído."

Sin proponérselo, el colega termina demostrando lo evidente: Que las programaciones deben tener coherencia ya que la convivencia en una sola radio de programas oficialistas y opositores termina ahuyentando a la audiencia. 

Así lo es y así lo fue siempre. 

El oyente busca la emisora que de una forma u otra mantenga a lo largo de su programación algunos puntos en común. Sólo una selecta minoría camina el dial buscando los mismos contenidos en diversas radios (un ejemplo sería la persona que arranca con el Gato Sylvestre, luego migra a Continental, al mediodía se va a Nacional para escuchar a Wainfeld y luego marcha a Del Plata a la espera del programa de Zloto) En líneas generales se busca que el tipo que amanece con Varsky tenga motivos para quedarse en la Metro hasta "Metro y medio", o que el que despierta con Longobardi finalice el día con Eliaschev. Se busca un perfil, una coherencia, un hilo conductor.

La conclusión es simple: El pluralismo difícilmente se pueda dar en un mismo medio y esto no es ni bueno ni malo.

Es.

4 comentarios:

Daniel dijo...

Haciendo un paralelo, a quien viene a estos sitios en busca de interiorizarse de como va la cosa por la vereda K le resultaría una interferencia toparse en nuestros blogroll con sitios opositores. Si bien todos tenemos alguno que otro por distintas razones, hacen a un muy bajo porcentaje dentro de la fluidez del pasaje que se abre entre blog y blog.

Guille de Anillaco dijo...

Es cierto lo de la coherencia. Pero una cosa es pasar de escuchar Mario Wainfeld a Nelson Castro, y otra a un taliban con una perorata insoportable y delirante como VHM. Algo similar me pasaría si tuviera que escuchar a Feinman (el otro infeliz, el de C5N).

Saludos!

profemarcos dijo...

Que bueno hacerle el "ole" a Cyntia García...

Juan Manuel dijo...

La felicidad que debe tener el muñeco que arranca con Longo y termina con Pepe...

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