sábado, 23 de junio de 2012

Hemos vuelto. Dejá que chiyen los giles


Suena Coleman Hawkins, ya Juanchi vino a abrazarse llorando como un bebé, ya River está nuevamente en primera. Sufren y se patetizan los que durante un año no hallaron mejor chicana que la b larga para nombrarnos. Nunca entendieron, ni entenderán, que el drama riverplatense tenía características peculiares, que nuestros problemas eran exclusivamente nuestros, que no pasaban por el chicaneo externo. El drama gallina fue por dentro de cada uno de los miles que ama a este club y a esta camiseta. River siguió dando testimonio de su grandeza soportando con pies de barro una historia que por tan grande se torna de un peso imposible de sostener.

Sentir durante mucho tiempo que lo único grande que le queda a River es el estadio y la hinchada, sabernos de la B, imaginar en el subte un planteo para jugar con Guillermo Brown es muy fuerte. Pero eso templa el espíritu, moldea de otra forma el ser de River. Sentirnos un equipo más de la B, asumir que la presión imposibilita al equipo jugar con algo de tranquilidad, saber que los rivales se agrandan como nunca y que en cada cruce se juegan la vida, complica.

Jugamos todo el campeonato sin enganche ¿Cómo puede ser?

En cierta forma esto le dio un baño de realidad al mundo River. Bienaventurados los que están el fondo del pozo pues de ahí sólo vale ir mejorando.

Ya no somos lo que eramos, ahora somos un equipito que tuvo que ir a ratificarse a sí mismo que era capaz de retornar al lugar desde donde sólo su dirigencia horrible lo empujó.

River tenía que dar un testimonio de grandeza y lo dio. Lo dio a los empellones, mal, con nervios, con errores, jugando horrible, como generalmente pasa en estos casos. Cuando un club o un tipo se cae al fondo, no retorna en medio del esplendor, no. Uno se recupera como puede, sin ideas, sólo con fuerza de voluntad.

River lo hizo. River se recibió de "un club más, del montón". Saboreó el drama de la B Nacional, más que saborearlo, lo tomó de prepo.

Y está bien que vayamos a festejar al obelisco, loco. Disfrutemos este momento. Festejamos lo que hoy somos, no lo que fuimos.

Hoy somos esto, una hinchada enorme, que intimida al resto y festeja su presente. Con el debido respeto que me merece Amadeo Carrizo, digo que hay que festejar, además, porque hoy, en medio de un fútbol donde está todo muy emparejado y donde el club no tiene la guita para tener estrellas, está muy bien ganar un campeonato de la B con el Tano Vela.

Esa es hoy nuestra medida.

Ganar todo con Enzo, Crespo, el Burrito, Aymar, es fácil. Lo importante ahora es ganar con lo que tenemos.

Hemos vuelto y sólo nosotros sabemos lo que hemos vivido.

Dejá que chiyen los giles...
.



4 comentarios:

Politico Aficionado dijo...

Vamos River Todavía!!!!!!!!!

Profeblog dijo...

Nos fuimos un ratito para llevar la alegría a otra parte y volvimos para jerarquizar la A.

Daniel dijo...

Felicidades! La explosión emocional al final del partido fue impresionante. Y me dije; -"Que hago yo emocionándome"?
Esa es la pauta que lo de ustedes fue fuerte y lograron transmitírselo hasta a los que no somos hinchas de River.

Unknown dijo...

Espero que nos volvamos a ver

DFT

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