domingo, 27 de mayo de 2012

La dignidad de Kirchner y Perón



En este fin de semana largo donde mucho se ha recordado a ese Néstor Kirchner que llegaba al gobierno con menos votos que el índice de desocupación y en medio de una crisis terminal en casi todas las áreas de la vida nacional, no estaría mal refrescar ese gesto de dignidad que tuvo en mayo de 2003 ante el poder de las corporaciones que, personalizado en José Claudio Escribano le quiso imponer un programa de gobierno situado en las antípodas del suyo.

Néstor, que al momento de celebrarse ese encuentro con el hombre fuerte de La Nacion no sabía que Menem ya había huido de la segunda vuelta, luego de escuchar el pliego de condiciones le respondió a Escribano:

“Mi mayor preocupación es que me acompañen los argentinos, por eso no empiezo por los empresarios ni por el embajador de ningún país. Tampoco pienso en un alineamiento automático con Estados Unidos ni en buscar que me aprueben como precondición para gobernar mi país. Ocurre que usted y yo tenemos visiones distintas del país. Como es difícil que podamos ponernos de acuerdo, sería importante tratarnos con respeto. Usted tiene la suerte que a mí me falta, de haber heredado un diario”

Escribano se fue de esa reunión muy contrariado y a los pocos escribió aquella columna ya histórica donde sentenciaba "Argentina ha resuelto darse gobierno por un año" y marcaba el comienzo de las hostilidades desde el poder real del país contra este nuevo presidente que había tenido el tupé de desairarlos.


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