Si Maestro es el que enseña entonces quiero recordar personas de las que aprendí como por ejemplo Raúl Quevedo y Tito Serra, que me enseñaron casi todo lo que sé de música cubana y todo lo que vulgarmente se denomina "salsa"; quiero recordar a Guillermo Fuentes Rey, que me enseñó qué carajo es el Jazz, las diferencias entre Miles Davis y Duke Ellington. También quiero recordar a Quique Pesoa porque escuchándolo en aquél mítico "Club 103", allá por 1986 encontré mi vocación por la radio. También porque me enseñó que la radio, si tiene olor a tierra mojada es mejor. También está mi hermano, que me bajó la línea de escuchar cantautores como Cortéz, Serrat, Aznavour y cía y a Juan Carlos y Eduardo Falcón, vecinos de Tres Lomas (vivían enfrente de casa) que escuchaban a Quincy Jones, o Patxi Andión y consumían finos productos literarios y musicales en un pueblo chato, a 500 km de la capital donde los diarios llegaban a los dos días de haber salido. Con ellos aprendí que se puede estar al tanto de muchas cosas si le ponés ganas y mandás a pedir las cosas con el comisionista. A ellos les debo el enterarme que había otra música, otro cine y otra literatura.
Generalmente se llega a ciertos consumos por casualidad, por amistades, por haber tenido la suerte de conocer a ciertas personas que nos abrieron un poquito el zapallo. No es cuestión de plata, no, nada que ver. La mayoría de los ricachones que conozco son lamentablemente brutos. Para consumir música compleja necesitás ciertas condiciones como algún pequeño sobrante de guita, mucho, mucho tiempo para perder, pero fundamentalmente alguien que te diga "Escuchá esto, leé este libro". Esos son para mí los maestros. Acá arriba mencioné algunos, los que se me aparecieron, seguramente hay muchos más.
A todos los abrazo.
Generalmente se llega a ciertos consumos por casualidad, por amistades, por haber tenido la suerte de conocer a ciertas personas que nos abrieron un poquito el zapallo. No es cuestión de plata, no, nada que ver. La mayoría de los ricachones que conozco son lamentablemente brutos. Para consumir música compleja necesitás ciertas condiciones como algún pequeño sobrante de guita, mucho, mucho tiempo para perder, pero fundamentalmente alguien que te diga "Escuchá esto, leé este libro". Esos son para mí los maestros. Acá arriba mencioné algunos, los que se me aparecieron, seguramente hay muchos más.
A todos los abrazo.
2 comentarios:
Muy bueno lo tuyo!Gracias por poner palabra a sensaciones, sentimientos similares por también haber vivido a 500 de la capital!
Gracias!
A la pelotita . Gracias Gerardo
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