martes, 6 de septiembre de 2011

La distinción a Gerardo Sofovich

Sé como todos lo que significa Gerardo Sofovich pero me animo preguntarme y preguntarte si en un punto no expresa alguna parte de nuestra cultura. Lo sugerí en Twitter pero sólo recogí lugares comunes en 140 caracteres. Creo que se confunde cultura con "la cultura que me gusta a mí" y pareciera que estos reconocimientos que hace la legislatura de la ciudad de Buenos Aires deberían ser sólo para aquellos que tienen una mirada "políticamente correcta". Se le objeta la gestión en ATC y el supuesto vaciamiento de la planta. Bueno, pido perdón por pasar por gil pero la justicia debe haber investigado eso ¿no?

Lo que me interesa plantear es que incluso muchas de las cosas que hizo Sofovich no me gustan para nada desde lo político-ideológico pero no puedo negar que algo tienen que ver con nuestra cultura. Algo tiene que ver con nuestra cultura aquella legendaria "Polémica en el Bar" y también algo tiene que ver con nuestra cultura el corte de la manzana. No somos sólo les Luthiers ni tampoco sólo Maradona, también somos el que festejó ese cruce donde si Ruggieri lo agarra a Chilavert le parte la pierna en dos, también somos la hinchada que despide con honores al jugador que se va expulsado por una falta descalificadora y antideportiva. Somos Campanella pero también Tiburón y Mojarrita. Nuestra cultura es mucho más ancha de lo que nos gusta  a cada uno y hasta en una de esas más apestosa de lo que nos pueda parecer.

Es fulero meterse en estos temas. Mucho más cómodo es pegarle al PRO por este reconocimiento a Sofovich. Creo que en un punto admitir que Sofovich representa una parte de nuestra cultura equivale reconocer que como sociedad en algunas cosas también dejamos un poquito que desear, o que nos incomodan algunos bordes de como somos. Sofovich expresa quizá lo peor de nosotros, pero lo peor también es nuestro ¿Hay que reconocer lo peor, hay que premiarlo, hay que distinguirlo? La verdad, no lo sé, sólo trato de sincerarme y ver que en este personaje reaccionario y políticamente amigo de las peores causas hay un pedazo de cultura argentina y ¿Sabés qué? ¿Sabés qué quiero plantear en definitiva? Quiero plantear que salgamos del lugar común, de la fácil, de la crítica sin sorpresas, de la impugnación preconcebida, de cierta corrección política para algunas cosas que no siempre se condice con otras conductas.

Se me hace que el problema no es Sofovich ni el premio del PRO, o si querés, eso no me desvela. Me desvela el lugar medio careta desde donde se lo impugna. No sé, es probable que esté equivocado y que mi profundidad sea poca para analizar en toda su dimensión este asunto, pero como trato de ser honesto conmigo mismo y no aguanto nunca las ganas de lanzar un post cuando algo me revuelve las tripas, lo largo, porque al fin y al cabo para esto están estos espacios, para discutir y superarnos en base al intercambio de ideas. Para mí, un tipo que hizo cosas emblemáticas en la televisión, aunque políticamente esté en mis antípodas y pueda tener cuentas pendientes con la ley, expresa tanto mi cultura como otros que han recibido la misma mención pero están de este lado del mostrador. Creo que cuando hablamos de cultura tenemos que sacarnos de la cabeza el "me gusta - no me gusta" y el "es bueno o es malo", se me ocurre que la cultura es ancha, amorfa, con aromas hermosos y hedores inmundos. Nuestra cultura como pueblo es inmanejable y hasta en cierto punto inmejorable. Es lo que es y así debiéramos asumirlo. No hay una cultura mejor que otra ni varias culturas. Creo que todo es un masacote, como decía Eladia y adentro de ese masacote vamos todos, con nuestros vicios y nuestras virtudes.

Creo que asumirlo nos mejoraría, perdón, no nos mejoraría, quizá nos ayudaría asumirnos como somos.
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15 comentarios:

Fernando dijo...

El premio lo consagra como "personalidad destacada de la cultura". Concuerdo con con vos en que encaja bastante en eso, pero no deja de ser un premio y por lo tanto deberíamos tratar de agasajar a quienes a través de su trayectoria nos dejaron algo valioso en el balance. No me parece que Sofovich encuadre en eso, más allá de algunas muy buenas temporadas de polémica en el bar.
Lo podríamos pensar con un ejemplo extremo: sin duda Martínez de Hoz es una "personalidad destacada" de la economía. A nadie se le ocurriría premiarlo por eso.

Patricia Melgarejo dijo...

Gerardo, no sé si será un lugar común más pero al menos ocupará más de 140 caracteres.Sofovich no es Céline, que apoyó el nazismo en Francia, pese a lo cual fue un gran escritor y se lo podría reivindicar desde ese lado. Sofovich se dedicó al espectáculo,en Operación Ja ja creó junto a su hermano La mesa del café con Fidel Pintos, Carlos Carella,Altavista, Porcel y Crespi. Bueno, siempre se rodeó de buenos actores, ahí su mayor mérito. Después siguió in eternum la misma idea con Polémica en el bar, o la peluquería. El resto es conocido, negociados gracias a sus vinculaciones con el poder,la comercialización del Zoo, las manzanas y las chicas en la primera fila -¿las ofrecía?- alguna revista exitosa donde no se rompió mucho la cabeza con los guiones. Porque la revista es un género nuestro que hay que reivindicar pero él no revolucionó nada por ese lado. Militó activamente para el menemismo desde la tele. No veo que deba recibir el mismo reconocimiento que Sandro, que también era popular, criticado, pero como dicen los mexicanos "muy nuestro". Me quedo con Tiburón y Mojarrita.

Oscar Cuervo dijo...

Interesante, Gerardo, pensar la cultura con mayor amplitud y hasta con generosidad hacia el pueblo que elige sus expresiones que no siempre coinciden con el "buen gusto" de la pequeño burguesía ilustrada.

La movida del Pro creo que es inteligente, por más que la hace en un momento en que se cuestiona la complicidad de Sofovich con la dictadura, lo que le agrega un plus muy molesto.

Pero sí quiero agregar que los Sofovich crearon un estilo de humor televisivo que supo ser muy eficaz, mucho antes de la dictadura. Le supieron dar un contexto inmejorable a Olmedo, Porcel, Portales, Fidel Pintos, Minguito, Ernesto Bianco, Mario Sanchez, Alberto Irizar... Muy popular y muy efectivo. Creo que nunca más se volvió a reunir semejante cantidad de cómicos populares. Eso fue hace mucho y tiene poco que ver con lo que hace sofovich ahora. Y creo que no es solo que el se supo "rodear" de buenos cómicos: los Sofovich crearon un método de semi-improvisación que hacía esos programas muy graciosos y muy espontáneos. De hecho, esos cómicos, cuando actuaban en otros contextos no rendían tanto como en los programas de Sofovich. La revolución de Olmedo derribando la cuarta pared del estudio de tv se hizo en el marco de un programa que dirigían los Sofovich.

Eso creo que se podría reconocerlo, no hace falta que fuera Celine ni Ezra Poun, fue un momento muy lindo de la cultura popular. Hasta el propio Perón, cuando ya estaba muy viejo, supo citar las sanatas de Fidel Pintos en uno de sus discursos. Es una huella que se podría reconocer con cierta generosidad.

Después vino la dictadura y los gatos que Sofovich les llevó a los milicos. Hoy cuando aparece se muestra como una persona detestable, irrespetuoso, al borde de la psicopatía. Pero creo que dejó una huella en la cultura popular.

saludos

Mabel dijo...

Se lo dieron por durar y ser popular???Esta bien dado.
Es sólo eso No agregó nada de calidad ni siquiera a la sonrisa de nadie .

Carpintero dijo...

El talento de muchos de los actores que trabajaron con este tipo es de esos actores y Sofovich no le agregó nada. Siendo generoso diría que tubo la astucia de dejarlos hacer. Olmedo ya rompía todas las reglas y dejaba desnuda la trastienda de "la magia de la tv" desde El Capitán Piluso. Fidel Pintos era comiquísimo sanateando y no le debe nada a Sofovich sino todo lo contrario...Cuando se quedó sin todos esos talentos lo único que hizo fueron porquerias como La peluquería de Don Mateo con Rolo Puente y degradar la condición de la mujer con todas y cada una de las mujeres a las que usó de manera degradante en todos y cada uno de sus ciclos.

El Canilla dijo...

Es muy movilizador el tema. Por que no pensar que la propuesta sofovichiana no es válida? Es seguramente el PRO el único sector político capaz de premiarlo, porque le sirve reflejarse en esa popularidad. Pero el libretista era el hermano. Tu homónimo es un sagaz e inescrupuloso hombre de negocios que mercantilizó todo lo que tocó. Creo que,para el PRO, que somete a la cultura - de elite o popular- a las reglas del mercado es un digno representante.

Oscar Cuervo dijo...

Creo que los que atribuyen la comicidad de los viejos programas de Sofovich solo a los actores están equivocados. El estilo de esos programas los hacía rendir al máximo, porque su planteo de situaciones semiimprovisadas rompía con los moldes de los programas de sketches. Para cualquiera que presta atención a la idea de "puesta en escena" sabe que un buen actor necesita para lucirse de un contexto adecuado. Y en sus viejos programas lucían no solo los grandes capocómicos, sino también Bianco, César Bertrand, Vicente Larrusa, María Rosa Fugazzot, Haydée Padilla. Olmedo y Porcel pasaron años después a otro canal y con dirección y guiones de otros directores no hicieron programas tan logrados.
Operación Jaja y Polémica fueron un hito en la televisión argentina, que combinaba calidad con una popularidad desmesurada.
Creo que por reconocer eso nadie se va a volver simpatizante de la dictadura. Es un poco mezquino no aceptarlo.

Daniel dijo...

Siguiendo lo que dice Sirenita; Heidegger, no es cultura?

alejandro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Isabel dijo...

Un premio insitucional no se dá sólo por ser parte de la cultura, si no por el aporte. No es lo mismo. Hay artistas que muestran lo que somos, otros que nos dan alegría, otros que nos hacen pensar... están los que con su arte ayudan a reparar la trama, otros a dejarla como está, otros a perpetuar nuestras taras a través de la redundancia y la apelación a nuestros hábitos menos felices. Como los políticos: no son todos lo mismo.

El Observador Comprometido dijo...

Bien Gerardo por incomodarte a vos mismo.

Raul Quevedo dijo...

es importante el premio a sofovich? da para más de 140 caracteres? creo que tal para cual , se premia e este sujeto que anda por los canales tratando de hecer creer que era un valiente como lo que cuenta de su entrecruce con Masera . Las neuronas muchachos van a ser muy útiles en los proximos meses no las gasten con este esperpento.

Nadie dijo...

Aclaro, que no es mi modo de discutir, pero en este caso, viene al pelo una "chicana" que, creo que si se enuncia, deja un poco de serlo.

Si la cultura es amplia, si Sofóvich o sus programas forman parte de ese masacote (nunca mejor palabra para no definir nada); y si los programas de chimentos forman parte de nuestra "cultura", entonces premiemos a Lucho Avilés o Jorge Rial...

Después de esta chicana, quiero aclarar, Gerardo, que me parece que tu argumento no se sostiene mucho, según mi opinión. Es cierto que hay cosas de la cultura popular que a mi no me gustan, pero no dejo de valorarlas como positivas, según mi criterio. Ejemplo: las murgas, no me gustan, pero me parecen una expresión artística consolidada y a la vez en movimiento. La murga, está impregnada en varios sectores sociales y se modifica o se perfecciona (se puede ver como se quiera) en el trasncurso del tiempo, se la CUIDA, se la CULTIVA.

Si tomara tus palabras tales como fueron escritas (esa no es tu intención, obviamente), podría decir que la violencia machista, la prepotencia y la tilinguería, forman parte de nuestra cultura. Ergo, premiemos a Ricardo Fort, pues representa un personaje destacado de nuestra cultura tilinga...

El PRO es lo peor de la derecha. Ni siquiera es como la antigua derecha argentina, oligárquica, pero al menos, un poco leída...(sólo un poco).

Son brutos, Gerardo, no les da el cuero para entender más que eso... Sofóvich y "Polémica en el Bar": su, realmente, único "aporte" a la cultura popular. Entonces, no podrían, por ejemplo, premiar otras cosas, porque no las conocen ni las entienden...

Hasta ahora, en los comentarios, con los que puedo coincidir o no, eventualmente, no encontré algo medianamente fundamentado sobre el premio a Sofóvich. Sólo se nombró "Polémica en el Bar" como aporte a la cultura, escaso aporte (a mi entender) pues el formato de la mesa de café, lo pudo repetir él sólo, y cada vez con menor calidad... Ni siquiera trascendió el ámbito de Sofóvich y su producción...

Hace poco, se murió Pipo Mancera. Por mi edad, no tuve la oportunidad de ver nada de él. No me gustan los programas de ese formato (progranas ómnibus), pero cuando era chico, he visto varios, que estimularon mi curiosidad. Ejemplo: Badía & Cía (en su momento). Actualmente, no me gusta ese formato, o al menos, no me gusta cómo se lo usa. Pero el aporte de Mancera a la TV, según leí, es enorme, según distintos comentaristas.

Ese tipo, no sé si fue premiado, pero se murió antes de realizarle una especie de homenaje, en vida, como hubiera correspondido.

A.C dijo...

Los productos de Sofovich son parte de la cultura, en sentido amplio, de la Argentina. Tan real como que hace años que viene calcando siempre las mismas fórmulas. Minas en bolas a las que les gusta humillar, juegos estúpidos, agresividad con sus compañeros de trabajo. ¿Eso merece ser premiado por el hecho concreto de "pertenecer" a la cultura nacional? ¿Cualquier cosa "cultural" argentina debe ser reconocida, jerarquizada, premiada, distinguida? Un premio, más si es estatal, es el reconocimiento de las autoridades a un trayectoria y un presente. Y Sofovich, aparte de ser un vocero del menemismo ultra, es el fiel exponente de una tele cloacal donde las mujeres son cortes de carne que se venden o se pisotean, y el espectador un ser que solo puede asimilar cortes de manzana, pulseadas, o minas haciendo jueguito. El problema no es que exista Sofovich, sino que sus productos sean reconocidos por el Estado, sea de la jurisdicción que sea. Dentro de la "cultura" en sentido amplio, entra todo, hasta Sofovich. De ahí a premiarlo....mañana, veremos el premio a Baby Echecopar, llegado el caso. Y me parece tan criticable la postura de menospreciar cualquier actividad cultural popular, como la que implica la defensa acrítica de cualquiera de aquellos productos, sin distinción.

El Confiado dijo...

Tu análisis es simple y concreto, me gustó mucho, saludos.

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