jueves, 24 de febrero de 2011

Notas sobre radio: Los equipos de producción


Hay una creencia muy instalada en la radiofonía argentina y consiste en suponer que con un equipo de producción numeroso se suplen las carencias de micrófono. Ya Radio Mitre lo probó con Dady Brieva cuando puso en el aire ese espanto de segunda mañana allá por 2008. El pobre Dady ni siquiera podía poner ni una cucharada propia. Hacía un anuncio y automáticamente iba móvil, tanda, música o columnista. El programa era, entonces, un cortar y pegar desenfrenado que terminó siendo levantado.

El vaciamiento conceptual de la radio argentina trae aparejada la creencia de que la producción cubre la falta de conductores que conozcan los secretos del medio, que sepan que hacer radio no tiene nada ver con la prensa escrita, por caso. Da lo mismo entonces que los programas sean conducidos en algunos casos por gente que nunca tuvo un programa ni siquiera en una FM barrial total, creen, lo importante es sostener todo desde el otro lado del vidrio y se equivocan de punta a punta porque siempre es el conductor el que va cociendo con paciencia el aire, enganchando una cosa con la otra. Es el conductor el que sospecha los matices, que presiente que hay que mandar un tema musical para aflojar o posponer una nota porque se corre el riesgo de irse muy abajo en algún momento y así decenas de pequeños detalles. Quique Pesoa tuvo en su programa "En la vereda" que se emitía por la 1110 un equipo de producción numerosísimo que funcionaba muy afiatado, pero nada de lo producido por ese equipo tenía sentido si luego al aire no era trabajado por él. Si actualmente al también numeroso equipo de Victor Hugo en Continental le sacás al conductor, se cae todo. De nada sirve el equipo produciendo si no hay quien finalmente transforme en radio todo lo preparado. Es como la diferencia entre el guión de la obra de teatro y el actor que la va a actuar.

El problema de fondo de nuestra radio es que la gran mayoría de los que toman decisiones no saben de qué se trata, no tienen formación en el medio y en muchos casos creen que no hay que escuchar a los viejos. Estamos viendo este año radios con sobreabundancia de productores porque se cree que con eso basta y sobra. Luego los costos se pagan en el aire. Luego pasa que termina la tanda, se pega cortina, el operador hace la seña, abre micrófono y baja la cortina para que el conductor ingrese. Resulta que el pobre diablo que está frente al micrófono no late, no respira radio, entonces la cortina queda baja dos segundos (¡Dos segundos! una eternidad en ritmo y en plata...) hasta que se escucha una voz no convincente, no afirmada que dice algo así como "Bueno... X tiene una nota telefónica". Cero clima, cero dinámica, cero ritmo, cero todo. O puede pasar que en otro momento irrumpa alguien a quien le han hecho creer que yendo al palo, todo arriba, bien arriba, sin pausas, sin inflexiones, se suplen las carencias de manejo, entonces, ora expulsás audiencia por falta de ritmo, ora la enloquecés por un exceso de frenesí que termina inexorablemente en cotorreo.

La radio argentina está siendo copada por gentes venidas de otros palos, básicamente del periodismo escrito, entonces se supone que todo lo que el conductor no puede hacer por falta de oficio se cubre con equipo de producción.

Hubo también una época en que en el fútbol se creía que la falta de talento e ingenio se suplía con "polifuncionales"

Así nos fue

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4 comentarios:

Minaverry dijo...

Qué bueno que hayas vuelto a hacer los posts sobre radio.
Hay algo que prueba esto que escribís: la modalidad nefasta que está habiendo en Radio Nacional, y que ya hizo escuela en Mitre, de ir paseando conductores por distintos programas preformateados (en realidad en Mitre directamente los echaban). Ejemplo: del programa de Halperín del horario de la vuelta, hace tres años, sacaron a Halperín y pusieron a Anguita, dejando todo el equipo (Agustina Díaz, Pedro Brieger, el periodista de deportes que no me acuerdo el nombre, etc.) intacto. Ahora lo mandaron a Anguita a la mañana y pusieron a Roberto Caballero, con el mismo equipo. Los programas terminan siendo sellos de goma, toda una infraestructura a la que se le puede sacar y poner conductores que no siempre funcionan. Cuando estaba Halperín, el programa me gustaba más o menos; con Anguita me gustaba mucho; y ahora con Caballero me parece bastante malo. Lo mismo con el programa de Sandra Russo. Es el conductor el que hace funcionar mejor o peor al equipo y al programa, pero para la radio son figuritas intercambiables.
Por eso hay muy pocos programas con una identidad definida. Con el Vermucito parece que vas por buen camino, el primer programa salió bien redondito, se entendió bien el concepto, y es un formato lo suficientemente amplio como para sacarle bien el jugo. En la 750 también hay programas bien hechos en este sentido, por suerte.

Charlie Boyle dijo...

Hoy mas que Tirando al Medio está Mirando al Tedio

Lic. Baleno dijo...

Cuando el conductor es bueno la produccion puede hacerlo brillar mas pero jamas opacarlo. Ahora cuando el conductor es un queso ni la produccion del mundo lo salva. Triste verdad.

Roberto Ezequiel dijo...

Concuerdo con las exposiciones anteriores. Lo de Radio Nacional es injusto con el oyente, realmente termina siendo un bodrio. Y uno que desde chico escucho una radio maravillosa y puedo nombrar a:Paloma Efron "Blackie
Enrique Alejandro Mancini
Hugo Guerrero Marthineitz
Omar Cerasuolo
Quique Pesoa
Eduardo Aliverti
Lalo Mir
Radio Bangkok
Jorge Guinzburg, Carlos Ulanovsky y Adolfo Castelo, El ventilador
Betty Elizalde
Pido disculpa porque quedaron muchos sin nombrar, esta gente hacia radio de verdad y hoy algunos de ellos lo siguen haciendo.
Pero hay muchos que copiaron mal, ejemplo lo que hacia Adolfo Castello, en pasando revista,ahora leen los diarios, cuando hacen un reportaje, no hay conocimiento previo, investigación, van al tum tum. No saben crear climas radiales.
Me paso también con radio Coperativa con los cambios que hicieron.
Es lamentable que hagan estos desmanejos.Saludos

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