sábado, 12 de junio de 2010

"Vamos por mas" debe ser la consigna kirchnerista


La política tiene una dinámica impensada. A veces en unos pocos días se suceden con suma celeridad varios acontecimientos que eran insospechados para la mayoría de los analistas.La semana pasada enfocábamos el espectro opositor en un contexto de descontento y dispersión, independientemente de la carga subjetiva que nuestra mirada tiene, el paneo por las principales fuerzas opositoras mostraba un panorama confuso. Imaginábamos que el aparato radical de Moreau y Storani se impondría por las buenas o por las malas a Ricardo Alfonsín, que por eso instaló en los medios la posbilidad de que le hicieran fraude, pero así como en 1988 Carlos Menem dio el batacazo al vencer a un Cafiero que controlaba las estructuras del PJ, fue ahora el hijo del ex presidente radical quien sin tener mucho más para mostrar que no sea su apellido generó una movilización tal de afiliados radicales que arrasó con el sistema imperante en la CR bonaerense e instantáneamente modificó sustancialmente el tablero político.

El triunfo de Alfonsín reavivó en horas el dibujo de un panradicalismo supuestamente más tirado al centroizquierda, con lo que virtualmente liquidó las ya de por sí escasas chances electorales del okupa de la vicepresindencia. Por el lado de la derecha virtualmente liquidó el sueño de Mauricio Macri de ser el receptor del voto de la disidencia peronista pues la reunión del miércoles donde participó lo mejor de cada casa del menemismo residual dejó en claro que tendrán un candidato propio. Para Solanas, en cambio, estos días fueron una película de terror y sigue sin explicarse cómo de tener grandes posibilidades de liderar un bloque “progre” con el socialismo santafesino (no abundan rastros de su existencia en el resto del país), con el grupo de la diputada Stolbizer y el enclave humorístico-político del senador Luis Juez en Córdoba, ahora tendrá que evaluar seriamente la posibilidad de recluirse en la ciudad de Buenos Aires, donde por otra parte no estaría nada mal que le arrebatara el gobierno al macrismo.

Entre el domingo y el miércoles se reconfiguró el tablero político y si bien falta mucho para las presidenciales, ya se pueden vislumbrar que no serán mas de tres las candidaturas que muevan el amperímetro: La kirchnerista, la panradical y la del PJ menemista. Está por verse donde se ubica Macri y por supuesto que se descuenta una candidatura de Proyecto Sur que estará clavada en lo meramente testimonial.

Estos reacomodamientos no fueron tampoco una buena noticia para el kirchnerismo dado que por lo pronto, la posibilidad de ganar en primera vuelta en base a una gran dispersión del arco opositor quedó prácticamente liquidada. Si en los mentideros políticos se asumía como probable que el kirchnerismo tenía tantas posibilidades de ganar en primera vuelta como de perder en un ballotage, a partir del triunfo de Alfonsín se le esfumó el sueño de sacarle más de 10 puntos a la segunda minoría y debe ahora prepararse para un escenario de ballotage donde su techo bajo le complica pensar en un triunfo.

Por supuesto que hay muchas variables que operan en los 14 meses que faltan para las presidenciales: El radicalismo deberá transmitirle a la sociedad que es capaz de cumplimentar un mandato y de no dejar al país en llamas. El menemismo deberá demostrar que tantos caciques pueden coexistir bajo un mismo paraguas y el kirchnerismo deberá extremar la audacia para comunicarle a la sociedad que va por más, que a lo hecho hasta acá hay que sumarle otras transformaciones pues sólo así puede anhelar el record de cumplimentar tres mandatos consecutivos.


No es un desafío menor.


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3 comentarios:

Contango dijo...

Pero no me negaras que es jodido, con todo lo que se hizo, hacer mas y demostrar que es una mejor opción, ante como vos decís, el radicalismo (“cumplimentar un mandato y no dejar al país en llamas”) y los del PJ menemista (“tantos caciques pueden coexistir bajo un mismo paraguas”) y no llevar adelante la Némesis de los 90. Lo del Kirchnerismo es claro y va en un sentido, sin olvidar lo efectivo de sus políticas. Los otros muchachos son todos deseos, vanidades, pasados donde las cosas no funcionaron o lo hicieron en contra de los intereses del pueblo. Es jodido demostrar algo ante el que no quiere ver, poro bueno, ahí entra la política, aunque esta tenga un límite y sean los pueblos los que aprendan de sus errores.Saludos

Néstor Sbariggi dijo...

Y como va a estar la cosa después del Mundial? Es muy dificil de predecir. Lo que me parece es que los autenticos disidentes saldrán con un cándidato, al menos lo definirán antes de fin de año, se les hace muy dificil pelearla sino. Y en el Congreso la cosa se va a poner bien movida con la discusión de las facultades delegadas.

Saludos.

La Usina dijo...

Yo sólo tengo dos certezas:
1- Va a haber primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (le conviene al oficialismo y también a la reciclada UCR).
2- El tren fantasma va a ir por afuera

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