El caso López Murphy tiene mucha tela para cortar. Centralmente, lo notable es cómo los medios pueden instalar un candidato pero no garantizarle votos reales.
En la realidad mediática, Ricardo López Murphy es un dirigente central en la política argentina ¿Y en la “otra” realidad?
Los medios lo ubicaron como uno de los referentes de la oposición al lado de Macri, Carrió y Lavagna pese a que su performance en 2005 ya había sido desastrosa. Sería muy aleccionador, por ejemplo, promediar los votos del 2005 del líder de Recrear con los segundos de exposición que tuvo en los medios, y hacer el mismo ejercicio con Margarita Stolbizer. El resultado es que con muchísimos más votos, y con una estructura mísera, la dirigente radical no llega ni al 30 % del espacio mediático de que dispuso el ex ministro de De La Rúa.
Queda entonces en evidencia que los medios pueden fabricar o inflar figuras pero que, a la hora de la realidad “real” (no virtual) el predicamento de estas roza la ridiculez.
Esto será sin duda material para que lo trabajen especialistas en la materia, por lo pronto, y desde una visión rústica y parcial debemos decir que nos alegra sobremanera esta comprobación. Nos alegra que tanto programa de cable, tanta nota radial, tanto centimetraje en la prensa escrita no sirvan para nada a la hora de contar los votos.
¿Será que cuando los medios captan una determinada “sensación térmica” en la sociedad la explotan muy bien pero cuando quieren imponerle algún “clima” generalmente les va mal?
¿Será que los programas políticos y los productos de canales de cable son de consumo minoritario?
Ya ha pasado muchas veces, desde la Nueva Fuerza de Chamizo hasta las elecciones de ayer, que fuertes inversiones publicitarias (que, digámoslo, garantizan cierto piso de espacio en notas y menciones) se escurren como el agua entre las manos cuando se abren las urnas. El difunto Julio Ramos supo hacer un tremendo papelón en unas elecciones de la provincia de Buenos Aires allá por la década del ochenta y sin ir mas lejos, la mismísima Moria Casán pasó vergüenza hace dos años. En las elecciones de ayer el otro caso patético fue el de Jorge Sobisch quien pese a la fortísima inversión publicitaria que viene desplegando desde hace dos años, ni siquiera ganó en su provincia, quedando atrás del Frente Para la Victoria y la Coalición Cívica.
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