miércoles, 10 de abril de 2013

Es imposible construir con una oposición que sólo se opone



En la democracia, quien tiene mayoría, tarde o temprano está obligado a usarla, eso sucede en todos lados y en todos los ámbitos, menos en el Congreso argentino donde parece que está penado tener mayoría, y nada menos que conferida por el pueblo en elecciones libres.

Esto de la mayoría y su uso es peor aún en los sistemas parlamentarios europeos, donde arma gobierno la o las fuerzas que consigan la mitad más uno de los votos. Ahí sí que hay escribanía, ahí sí que no hay derecho al pataleo porque esa mayoría, mientras funciona cohesionada impone su peso. Es que no hay otra forma.

Pero en el profundo retroceso que ha padecido la conciencia política de los adultos argentinos (porque los pibes vienen con otro soft, por suerte) que ha caído a niveles insospechados de boludismo, siguen estando arraigadas falsedades como la necesidad de diálogo y, la más horrible, la idea del "consenso", esa utopía que se expone como la norma Iram del funcionamiento institucional.

En el caso concreto del paquete de leyes denominado "Democratización de la justicia" es sabido por todos que las fuerzas de oposición se oponen de cabo a rabo a tocar a la familia judicial, desde el PRO hasta el cineasta Solanas, el grupo A, en definitiva. Sabido es también que este sector no va a apoyar cambios, o que va a proponer aspectos cosméticos. Es sabido que se opone y que es minoría. El problema, entonces, lo pasa a tener el Frente para la Victoria, que no le queda otra que sostener su iniciativa levantando la mano (el momento más vigoroso de la representación) pero al hacerlo pareciera que está violando el credo democrático de punta a punta.

Desmalecemos el debate: No hay forma de funcionar en democracia que no sea imponiendo o construyendo mayorías. Es así, triste para los ilusos, pero verdadero. El mundo no es tan ideal como nos hicieron creer ni la democracia es el reino de la paz y la fraternidad. Gobierna el que gana y sabe mantenerse en el palacio.

¿Alguien puede dudar de que si el FPV supiera que algún sector de la oposición está dispuesto a acompañarlo en esta patriada, aún con diferencias, no abriría los textos de los proyectos? ¿Se puede ser tan salame para suponer que el oficialismo no admite reformas por que no tiene voluntad de ampliar el abanico de apoyos y su consecuente fortalecimiento político? El gobierno sabe mejor que nadie cuándo abrir un texto y cuando no y en este caso tiene muy claro que la oposición no sólo no está dispuesta a acompañar sino que está acuartelada en Tribunales, bajo las órdenes de Lorenzetti.

4 comentarios:

Andrés dijo...

Buenas Gerardo,

Lo que pasa es que las oposiciones no saben qué construir, ni sobre todo para qué. No se alinea sus proyectos, tácticas ni estrategias.

Muchos de ellos vienen de la época de predominancia mediática de la política. Es lo que conocen como armado de poder, por lo que es lógico que muchos de ellos sean maestros en el arte de dar buena presencia en los medios pero no puedan construir nada, ni siquiera entre fuerzas afines como FAP-UCR-LDS-PS.

Saludos,

Andrés

Juan Carlos K dijo...

La mayoría de las leyes más importantes aprobadas por el congreso impulsadas por el congreso, tuvieron apoyo de otros sectores políticos opositores.

Nos Disparan desde el Campanario dijo...

Quién intenta imponer la voluntad propia sin haber obtenido las debidas credencias democráticas es totalitario ya que desea, a la fuerza, imponer su voluntad. No se puede ni se debe vaciar de contenido un debate simplemente porque estoy en minoría. Acaso debo repensar seriamente las razones por las cuales estoy en esa situación. En el mientras tanto debo dar el debate y expresar mi postura, si es que mi postura se desprende de una convicción y no es la resultante de una simple especulación política.

Comandante Cansado dijo...

Perdón por el Off-topic, pero: ¿viste que lo rajaron a Lucas de Radio Nacional?

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