jueves, 5 de mayo de 2011

Lectura obligada




Por Juan Gelman
La velocidad con la que Osama bin Laden fue sepultado en el mar y cierto escepticismo por las afirmaciones de gobiernos de EE.UU. que han mentido mucho para justificar sus guerras, alimentan las teorías conspirativas en torno de su desaparición. Altos funcionarios estadounidenses insistieron en que el rápido destino del cadáver guardaba una consonancia absoluta con las prácticas islámicas (www.cbsnews.com, 2-5-11). Líderes de la fe mahometana señalaron, en cambio, que la tradición había sido violada de manera humillante: sólo se arroja al mar a quien fallece en una nave, y el que no debe ser enterrado con la cabeza hacia La Meca (AP, 2-5-11). Es la ley.

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